Ojos que no veis
manos que no tocáis
oídos que no oís
pies que no andáis,
porque parte de mi formáis
si para mí no existís
solo en mi cuerpo estáis
pero a mí no me dejáis
que disfrute mi vivir.
Un día se me acabo la vida
pues existo y no vivo
por eso yo no concibo
como puedo subsistir.
Yo era alguien muy normal
pero mi cuerpo rompió
tan solo era un chaval
y por eso me ocurrió.
Si volviese a nacer de nuevo
renunciaría al dinero
solo por tener a cambio
mis dos pies sobre el suelo.
Mis ojos si que verían
lo hermosa que es la vida,
y mis oídos oirían
a los pajaros cantar,
y mis pies si sentirían
la forma de caminar.
Dame paciencia Señor,
y sino algo mejor…
me conformo con tu amor.
Ricardo Martínez Moreno de El Provencio (Cuenca)
Sada (A Coruña) 24 de octubre de 2013
