Hoy me
siento Don Quijote,
Don
Quijote de La Mancha,
soy
Quijote de palabras,
de
sentimientos del alma.
Caballero
andante soy,
pues el
mundo he recorrido,
no a lomos
de Rocinante,
pero si
andando caminos.
No he
luchado con molinos,
he peleado
con la vida,
a veces me
ha salido bien,
otras he
perdido la embestida.
He buscado
a Dulcinea,
al final
la encontré,
no ha sido
en el Toboso,
pues fue
casi sin querer,
cuando
apareció el amor,
que le
entregué con placer,
y hoy en
día, es mi mujer.
Sancho
Panza, mi fiel escudero,
os
preguntaréis quien es,
fácil esta
amigos míos,
no es
difícil resolver,
pues es mi
corazón quien me protege,
como mi
fiel escudero que es.
En la
cueva de Montesinos
me retiro
a soñar,
veo a mi
querido Provencio,
que de
nuevo lo vuelvo a pisar,
eso sí,
solo es en sueños
pero cobro
vida al recordar,
esos años
ya vividos,
que allí
me vieron pasar.
¿Qué donde
queda la cueva?
pues
dentro de mi alma está.
El
Provencio está en La Mancha,
al igual
que Don Quijote,
dos
nombres que a mí me ensanchan,
agrandan
mis dos pulmones,
respirando
con sus páginas,
les hago
grandes honores.
Te quiero
Provencio mío,
pueblo de
nuestra España,
de la
provincia de Cuenca,
tierra de
Don Quijote,
Don
Quijote de La Mancha.
©Ricardo Martínez Moreno
30 de noviembre de 2015
30 de noviembre de 2015