La vida es ese camino
que nos ha tocado recorrer,
cuya meta es el destino
y no se puede escoger.
Indefensos y llorando
comienza nuestra aventura,
con nuestros puños cerrados
sabiendo que va a ser dura.
Siguiente etapa, la infancia,
el hablar y caminar
tienen mucha importancia,
pues caminar con firmeza
y hablar con entereza,
nos darán esa sustancia
y el paso a la adolescencia.
Es el tramo más difícil
superar la adolescencia,
no somos niños ni adultos
siempre tenemos razón,
los demás son los incultos,
y nosotros somos Dios.
Descubrimos el amor
en todas sus variantes
celos, besos, caricias
esas son nuestras primicias
ahora ya somos amantes.
Llegamos a la juventud,
se acabó la fantasía
comienza la realidad,
para ver el día a día
lo que nos puede pasar,
si no damos pasos firmes
nuestra vida fracasará.
Ahora adultos ya somos,
debemos estar felices,
como buenos aprendices,
de haber sido mayordomos,
de lo que hemos aprendido,
para estar ya preparados,
y poder llegar a ancianos,
pues es lo que ha quedado
del camino recorrido.
©Ricardo
Martínez Moreno de El Provencio (Cuenca)
11 de noviembre de 2014
11 de noviembre de 2014