La lluvia mojaba tu cuerpo
suave como el terciopelo,
te acariciaban sus gotas
caían por tus cabellos.
Yo imaginaba mis manos
y a mis dedos como fieltros,
no trabajaban en vano
querían meterse dentro,
y convertir en eterno
tan dulce y bello momento.
©Ricardo
Martínez Moreno
Sada (A
Coruña) 27 de agosto de 2014