¡Que injustos son los sueños ¡ Me
he dormido después de comer, he quedado un rato en el sofá y no os podéis
imaginar con que rabia me ha despertado, no por despertar sino por lo que he
soñado.
Resulta que estaba en mi casa con
mis padres, mi hermana, mi hijo y mi esposa, son las personas que me acompañaban
en el sueño. Hablaba con mi padre y le dije: si tomábamos un poco de turrón, a
lo que me contesto que si, de pronto he abierto los ojos y ¡que rabia era un
sueño ¡ Digo rabia porque mi padre lleva fallecido 3 años. Mi madre está en el
pueblo a 780 kilómetros de mi, mi hermana a 870 kilómetros, esta es la parte
mala.
Eso sí, mi esposa está conmigo,
aunque no en este preciso instante, pero a 15 kilómetros, mi hijo si está a mi
lado, esta es la parte buena.
De todo esto saco la conclusión
de que me ha causado tristeza el ver que era un sueño, pero también me alegra
que el mero hecho de soñar sea darme cuenta de que estoy vivo y por eso sueño.
De que quiero a los míos aunque en la distancia física y eterna. De que a mi
esposa la voy a ver de noche. De que puedo abrazar a mi hijo. De que esta noche
voy a poder volver a soñar.
Así que hoy más que nunca me acuerdo del monólogo de
Segismundo en ‘’ la vida es sueño ‘’ de Calderón de la Barca, en el que en su
final dice: ‘’. . . que toda la vida es sueño y los sueños son ‘’.
Ricardo Martínez Moreno de El Provencio (Cuenca)
Sada (A Coruña 6 de noviembre de 2013